La Unión Europea avanza hacia un nuevo estándar en materia de emisiones con la implementación de la normativa Euro 7, un marco regulatorio que eleva significativamente las exigencias ambientales para la industria automotriz. A diferencia de sus versiones anteriores, Euro 7 no solo regula las emisiones del escape, sino que incorpora por primera vez las emisiones no relacionadas al motor, como las generadas por el desgaste de los frenos y, especialmente, de los neumáticos.
En el caso de los vehículos livianos, la norma comenzará a regir de manera paulatina a partir de noviembre de 2026 y desde 2027 para vehículos pesados como buses, camiones y remolques.
Neumáticos bajo Euro 7: un foco clave en sostenibilidad
La normativa establece límites estrictos a las partículas liberadas por el desgaste de los neumáticos, considerando su rol en la generación de microplásticos y su impacto en la calidad del aire. Para cumplir con Euro 7, los fabricantes deberán desarrollar neumáticos más duraderos, eficientes y con materiales que reduzcan la liberación de partículas, además de reportar su desempeño ambiental bajo procedimientos estandarizados.
Este cambio marca un antes y un después: los neumáticos dejan de ser solo un componente de seguridad y pasan a convertirse en una fuente regulada de emisiones, lo que impulsa innovación en diseño, trazabilidad y control de calidad.
Aunque Euro 7 regula la fase de uso, su impacto se extiende a todo el ciclo de vida del neumático. La exigencia de menor desgaste implica:
- Menos generación de NFU, gracias a productos más duraderos.
- Mayor trazabilidad y responsabilidad del productor, alineándose con tendencias globales de economía circular.
- Mejores oportunidades para el reciclaje, al incentivar neumáticos con materiales más compatibles con procesos de valorización.
- Reducción de microplásticos y emisiones difusas, tanto durante la conducción como al final de su vida útil.
Para la industria automotriz y para sistemas de gestión como SIGA, Euro 7 representa una referencia internacional clave, anticipando estándares que podrían replicarse en nuestra región y reforzando la importancia de transitar hacia una gestión sustentable del ciclo completo del neumático.